Había
llegado al hospital, tenía que ver a un viejo y sabio conocido. Él
ya sabía que no le quedaba mucho y sabía también que era lo que
iba a hacer.
Cuando
me vio allí solamente sonrió. Una sonrisa sincera que se vio
interrumpida por una fuerte tos que marcaba la proximidad de la hora
llegada.
-Amigo
mío, ya no me queda mucho y no hay mucho que te pueda decir.-
Tosió con fuerza nuevamente, aunque eso no le impidió seguir sonriendo.
Tosió con fuerza nuevamente, aunque eso no le impidió seguir sonriendo.
-No
te esfuerces, por favor, sólo aguanta.-
Le digo con calma y le dejo ver un poco de nerviosismo.
Le digo con calma y le dejo ver un poco de nerviosismo.
Él
simplemente rió y me dijo con mucha calma.
-Solo
ve y di lo que te diga el corazón. Muéstrales su error sin
acusarles y deja que hable tu alma y tu conciencia. Por eso sé que
lo entenderán.-
Dijo mientras me sujetaba la mano y sonriéndonos sentí cómo se iba...
Dijo mientras me sujetaba la mano y sonriéndonos sentí cómo se iba...
Se
acercaba la hora. En este momento me dirijo a un gran edificio lleno
de egos y de personas que solo piensan en dos cosas: dinero y poder.
Estaba
bañado en sudor, inseguro y temblando de miedo. Pero le recordé,
respire hondo y lo sentí, la calma nacida del alma y portada por el
corazón. Subí a la tribuna y les vi. A todos ellos y me miraron.
Sentí sus burlas internas, no sé si por cómo iba vestido o porque
yo no pintaba nada allí.
Me dio
igual, cerré los ojos, respire hondo y oí lo que sus corazones
decían, y era un afán de poder tan grande que asustaba. Pero me
centré y tras beber agua, hablé.
-Señoras
y señores. Hoy me presento ante todos ustedes, para hablaros de la
verdad. La verdad es que nada va ni está bien, en lo que ustedes,
señoras y señores se paran aquí a discutir por quien obtiene el
poder, les pido que piensen en todo. Vosotros tenéis para comer cada
día, la gente en la calle a veces no se pueden llevar ni una miga de
pan. Pueden llamarlo populismo que me da igual. Yo no voy a acusar,
no voy a culpar... Lo que les pido es que miren sus actos. Sus
errores y sus aciertos. No quiero el poder, no voy a decir mi
favorito es uno u otro. Lo que yo digo es que os sentéis y
arregléis. Yo no voy a perdonar ni recriminar. Con respecto a sus
errores solo decir una frase hecha, errar es humano, rectificar de
sabios y perdonar es divino. Yo les pido que sean sabios. Como dijo
Óscar Wilde, experiencia es el nombre que le damos a nuestros
errores. Entre todos podrían llegar a un perfecto equilibrio donde
todos podríamos mejorar, olvidando partidos y colores. Solamente
deciros que yo no he traído esto preparado. Os estoy hablando desde
el corazón. Llegad a dar un futuro a la gente de este país. Dad una
razón para volver a confiar. Pues la esencia de la vida y de la
persona, se basa en cada detalle de nuestra experiencia. Yo he
terminado, ahora... Os toca a vosotros.
En
ese momento me tomé un último sorbo de agua y baje las escaleras
con calma, con los ojos cerrados sin esperar oír nada, hasta que se
oían unos aplausos de todos, pero no era eso lo que yo escuchaba con
más atención cómo sus corazones se abrieron y así, surgió una
Utopía. Sintiendo cómo todo empezaba a unificarse en un solo color,
que nos llevaría a un futuro mejor y más iluminado.
Así
fue cómo yo volví al exilio de mí anonimato, sin mirar atrás
esperando llegar a ver ese futuro.
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